El título sugestivo del libro trata de ser algo más que una llamada de atención al lector ávido de títulos nuevos. Apunta en la dirección precisa del supuesto teórico y epistemológico que sustenta y preside su argumentación. La teología responde a una práctica social, hace referencia a un sujeto histórico. El teólogo es un agente social. La reflexión teológica, cuando es significativa para la vida de la comunidad cristiana y la sociedad, no se da por encadenamiento de ideas en el aire. La teología tiene una ubicación social e histórica precisa. No es una idea caída del cielo. Como "esfuerzo metodológico y voluntad profética" es siempre tarea comprometida, esfuerzo por decir la Palabra de Dios en la palabra de todos los días.