El sistema marxiano, dice Böhm-Bawerk, pudo ejercer una tan profunda y amplia influencia "porque sus soportes más sólidos no están en la mente convencida de sus defensores sino en sus corazones, en sus deseos y esperanzas". A diferencia de lo que ocurre en el campo de las ciencias físicas, en el de las ciencias físicas, en el de las ciencias sociales una falsa construcción puede fácilmente introducirse de contrabando en la opinión y ser objeto de largas y fervorosas adhesiones, sin que la tragedia que acaso esté generando sea fácilmente ni siquiera perceptible. Un puente "falsamente" construido se derrumba sin remedio; no así una falsa teoría social. Por lo que concretamente atañe al sistema marxiano, dice Böhm-Bawerk que "tiene un pasado y un presente, pero no puede contar con un futuro duradero", ya que "entre todos los tipos de sistemas económicos, los que con más seguridad están destinados al fracaso son los que, como el marxismo, se basan en un fundamento dialéctico falso"; y se atrevió a "profetizar" que, aunque lentamente, muy lentamente, iría perdiendo su atracción e influencia. Que es lo que efectivamente ha ocurrido.

Lic. Economía