Un exegeta como William Barclay encuentra en "las bienaventuranzas" un desafío poco común. El texto lo conocemos todos muy bien. Lo hemos leído muchas veces en nuestra Biblias. Hemos escuchado sermones y visto meditaciones sobre él o alguna de sus partes. Integra la liturgia en la mayoría de las iglesias...
Sin embargo, Barclay, como siempre, ilustra, sorprende, aclara oscuridades y subraya detalles que nos parecían triviales. Trayendo la historia antigua a colación, explica, y aplica a la vida moderna las viejas pero perennes palabras bíblicas. Nos ayuda a crecer. Confirma nuestra fe.

Para muchos, el Sermón del Monte es la esencia de la fe y de la vida cristianas; así como también para muchos, la esencia de la vida cristiana son los Bienaventurados.
En cuanto a éste, los descubrimientos a los que se ha llegado estudiando el Nuevo Testamento, han confirmado lo que el común de la gente siente instintivamente. El estudio detallado del Sermón del Monte corrobora la convicción que es realmente el documento central de la fe cristiana. Esto lo enfatiza Mateo tres veces en su introducción al mismo (Mateo 5:1-2)