La compilación de "Ser la Iglesia" en contraposición con "Ir a la Iglesia", ha infundido una nueva visión y vitalidad a muchas congregaciones de años recientes. Más el grito de leva "¡Que la iglesia sea la iglesia!" puede ser peligroso si hace que la iglesia se vierta sobre sí misma y sea inducida a olvidar que existe siempre y exclusivamente como el instrumento del Reino. La existencia íntegra de la Iglesia está orientada hacia esa área de la vida que, dentro de esta era, todavía no reconoce la soberanía de Dios establecida por medio de Cristo. El énfasis en los linderos de esta era, o saeculum, explicará también por qué en capítulos que siguen es imposible preocuparse del testimonio de la iglesia en el mundo "secular" sin quedar constantemente comprometido con los problemas de la escatología.