María de Nazaret ha sido una mujer que ha roto todos los moldes. Millones de personas acuden a sus santuarios. Miles de creyentes se reconocen protegidos por ella y viven en profunda comunión cono ella. Centenares de pensadores reflexionan sobre su figura. Artistas de todas las épocas representan su imagen liminal. Fue la madre de Jesús, a quien confesamos Hijo de Dios y Cristo. La trascendencia de su figura se revela en la forma como de ella habla, tanto el Nuevo Testamento como la Iglesia. No sólo es un personaje histórico, sino todo un símbolo teológico, religioso. Ahí radica la Mariología, como parte íntegramente de la teología. El desarrollo teológico de la época posconciliar exigía un replanteamiento serio de los grandes temas mariológicos. Esta es la intención de esta mariología (bíblica, histórica y simbólica o sistemática). ¿Es posible dar razón de nuestra fe -en su dimensión mariana- en este tiempo? Creemos que sí. Es más, la mariología aporta, en su dinamismo, una cierta conmoción a todo el ámbito teológico.

Madre de un judío marginal.

Madre del Rey de los judíos.

Madre agraciada y creyente.

Madre del Verbo que se hizo carne.

María y las diosas: el contexto religioso de Asia Menor.

Nueva Eva: María, la Iglesia.

Maternidad virginal de María.

Inmaculada, la Asunción.

Clave interpretativa: la verdad sobre María.

Materialidad trascendente de María, "Et incarnatus est de spiritu sancto ex María virgine".

Santidad de María, principio y fin.

¿Es necesaria María? su función salvífica.

Mujer en la plenitud de los tiempos.