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Tal vez la metáfora de , aplicada a la Iglesia, pueda escandalizar o sonar exageradamente fuerte, como si pretendiera insinuar que la Iglesia ha estado muerta y comienza ahora a vivir en la Iglesia de los pobres. No es esa nuestra intención.

Pero si no lo tomamos como pura metáfora, entonces reconoceremos que en la Iglesia de los pobres se da, en primer lugar, una novedad sustancial y una ruptura histórica con respecto a otras formas de ser Iglesia. Y, en segundo lugar, que en esa novedad resurge una Iglesia que, de no hacerse Iglesia de los pobres, está seriamente amenazada de anquilosamiento, de irrelevancia e incluso de traición a su razón de ser, que no es otra que la de proseguir la misión de Jesús.

Quiéralo o no, la Iglesia corre siempre el peligro de mundanizarse, de adaptarse a la figura de este mundo pecaminoso. Y, se reconozca o no, estos procesos de mundanización se repiten periódicamente a lo largo de su historia.

1. El conocimiento teológico en la teología europea y latinoamericana p. 21 -- 2. La promoción de la justicia como exigencia esencial del mensaje evangélico. Reflexiones sistemáticas p. 54 -- 3. Servicio de la fe y promoción de la justicia p. 80 -- 4. La Iglesia de los pobres, resurrección de la verdadera Iglesia p. 99 -- 5. La experiencia de Dios en la Iglesia de los pobres p. 143 -- 6. El testimonio de la Iglesia en América Latina. Entre la vida y la muerte p. 177 -- 7. La unidad y el conflicto dentro de la Iglesia p. 210 -- 8. Significado teológico de la "Persecución a la Iglesia": A propósito de la Arquidiócesis de S. Salvador p. 243 -- 9. La evangelización como misión de la Iglesia p. 267 -- 10. La vida religiosa en el Tercer Mundo p. 315.