Nuestro enfoque ha sido realizado mediante un "historicismo" demasiado confiado en sí mismo, en tanto supone que nuestra tarea ha llegado a su término cuando hemos podido trazar la historia exacta y detallada de la lingüística y las instituciones del pueblo hebreo en su correcta ubicación vital. Y sin embargo, en realidad apenas si ha comenzado. A los teístas cristianos todavía nos queda la pregunta fundamental: ¿Cuál es la pertinencia del profético "así dice el Señor" para nuestros días?

Por consiguiente, en estas páginas no nos ocuparemos de la historia de la religión israelita, sino más bien de las proposiciones centrales de su fe. El interés principal y excluyente de los historiadores y profetas no tenía que ver con ellos mismos ni con los grandes dirigentes de su pasado, sino con Dios. Él es el principal personaje del Antiguo Testamento, y no Abraham, Moisés, David o Isaías. Por lo tanto, la teología del Antiguo Testamento debe constituir nuestro principal interés, al que estarán sometidas todas las demás ramificaciones de nuestro estudio.