Autorizada por sus autoras.

Licenciado en nutrición.

Universidad del Centro Educativo Latinoamericano. Facultad de Química.

Uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta el ser humano es el impacto
ambiental ocasionado por el consumo de dietas poco saludables, ya sea por su calidad
nutricional o por la forma en la que estos alimentos se producen (FAO y col., 2023). Las
alteraciones del clima influyen de manera negativa en la salud de las personas, la cual se
podrá ver afectada de manera directa a través de olas de calor, sequías, inundaciones e
impactos indirectos a través de enfermedades en las vías respiratorias, inseguridad
alimentaria y aumento de la malnutrición (Kala-Saldaña y col., 2022; Organización
Panamericana de la Salud, s/f).
En base a la evidencia de que la alimentación no solo condiciona la salud de las
personas sino también la del planeta, la comisión EAT-Lancet propuso una dieta de salud
planetaria, basada en una alimentación conveniente tanto para la población mundial como
para el planeta, cuya meta es lograr un sistema alimentario que pueda proporcionar dietas
saludables y sostenibles para una población estimada de unos 10 mil millones de personas
para el año 2050 (The Lancet Comissions, 2019); para lograrlo en Argentina, se requieren
cambios dietarios progresivos y a su vez, facilitar el acceso económico a la canasta de
alimentos (Albornoz y Britos, 2022).