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Biblioteca Thomas Wood. Colección Obispo Federico Pagura | 287 J39 sa (Browse shelf) | Ej.:1 | Available |
Juan Wesley, uno de los grande predicadores del siglo XVIII, se caracterizó por ser un ávido lector y estudioso de la Biblia. Sus conclusiones sobre la santidad no son meras especulaciones, sino el resultado de un profundo examen de la Escritura. Ted Jennings continúa con esa tradición. Considerando primero el contenido bíblico, y luego las conclusiones de Juan Wesley, nos va dando una perspectiva de lo que implica la "Santidad Bíblica", y abre un panorama que ayudará al lector al comprender mejor la manera en que su vida cristiana se puede desarrollar armónicamente.
Muchas veces se ha tratado de decir que en realidad solamente unos cuantos pueden ser santos. Sin embargo, argumenta Jennings, la santidad no se restringe a una vida religiosa privada, a una relación personal y vertical entre Dios y yo exclusivamente. Más bien, la santidad, "el ir edificándose en amor" implica que la vida cristiana es un crecimiento en el que el amor de Dios "derramado en nuestros corazones" (Ro. 5:5), crece día tras día, penetrando cada nivel, cada esfera, cada aspecto de nuestra vida, hasta que seamos el reflejo perfecto, la imagen y la semejanza del amor divino.
¿Hay vida despúes de (re)nacer?: la gracia santificadora de Dios (Efesios 4:1-16).
Corazones y bocas: la santificación de la vida personal. (1 Corintios 13:1-13).
Brazos y manos: la santificación de la vida económica (Hechos 2:43-47; 4:32-37).
Cuerpos y almas: la santificación de la vida nacional (Mateo 25:31-46).
¡Para esto nací!: la perfección en el amor. (Mateo 5:48).
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