Dejó en todo este cúmulo de ideas sostenidas invariablemente como ejes cardinales una expresión clave: EXPERIENCIA.

El término no tiene, ahora que repasamos sus tesis -gracias al esfuerzo recopilador realizado en todos sus escritos-, vaguedad, aunque así pudiera pensarse; ni es ambiguo con intenciones de ocultación del fin perseguido, porque el ensayo de trabajo comunitario desarrollado en Mondragón, abierto a cualquier iniciativa social de reajuste, está cargado de aperturismo, como es exigencia básica en el que busca soluciones nuevas, porque tiene que experimentarlas poniéndolas en práctica.

El Cooperativismo empresarial de Mondragón no es, por tanto, una idea acabada y está tan lejos del dogmatismo en sus planteamientos como lo puede estar la vida ordinaria de cada día sobre cuyo proyecto nada se puede aventurar, cuando la incertidumbre del futuro nos viene demostrando que el progreso hay que preverlo en sus esencialidades y dejar al tiempo que haga posible lo que, más subsidiario, exige y condiciona la experiencia de cada día.