La química orgánica es llamada con razón la química del carbono, pues en todas las combinaciones que pertenecen a ella, figura como constituyente el elemento carbono. Al contrario de los átomos de todos los restantes elementos el átomo de carbono puede combinarse, en número prácticamente ilimitado y en innumerables formas estructurales, con sus semejantes. Los átomos de carbono pueden ordenarse en cadenas rectilíneas o ramificadas, formar anillos o combinaciones de cadenas y anillos, saturados o no saturados, y finalmente pueden enlazarse con casi todos los demás elementos reaccionantes, tanto metálicos como no metálicos, mediante sus restantes valencias. Todo esto condiciona la enorme multiplicidad de las combinaciones orgánicas, que sobrepasan numéricamente, al menos en unas 30 o 40 veces, a las de la química inorgánica. Muchas combinaciones orgánicas han adquirido también para la técnica la mayor significación y, en parte, han influido mucho más decisivamente que los productos de la química inorgánica, en la vida de los seres humanos y de los pueblos. El desarrollo de los carburantes para los motores de combustión interna, de los colorantes, de los medicamentos, de las sustancias sintéticas -para no citar más que unos pocos ejemplos- debe agradecerse a la técnica química orgánica.
ITA
There are no comments for this item.