No es juego de palabras el título de este libro: "La Educación Fácil del Muchacho Difícil". Lo fácil o lo difícil son grados de lo posible y, en ese sentido, cabe relacionarlos sin violencia. Un poeta inglés fue más lejos, pues escribió aquello de: "Lo imposible quiero yo - porque sé que no ha de ser". Las páginas que siguen no pretenden semejante ilusión de querer lo que no pueda alcanzarse. Su autor no piensa incurrir en ambición desmedida si estima hacedera la educación del niño difícil cuando éste no cae dentro de lo patológico. En ese desventurado caso es el médico psiquiatra u otro doctor de la ciencia a aliviar el llamado a intervenir, ya que el empeño del remedio excedería de la preparación y recursos de padres y maestros, a los que ahora nos dirigimos en un lenguaje que aspira a ser claro.
No se trata de adoctrinar a nadie, sino de llamar la atención sobre cosas que interesan a muchos.