La tecnología de la radio, la televisión y los satélites ha transformado un mundo de separadas realidades nacionales en una comunidad consciente de la una sola herencia humana. Somos ahora interdependientes y estamos incomunicados. Margaret Mead, la antropóloga más importante del mundo, piensa que debemos aprender a utilizar esta tecnología poniéndola al servicio de los principios cristianos. Entre las metas de esta fe naciente debe contarse el reconocimiento de las necesidades de la comunidad humana, la comprensión de los principios espirituales relacionados con el control de la natalidad, el derecho de morir sin la tortura de los excesos de la tecnología médica, y el establecimiento de una cultura compartida con nuevas expresiones de celebración, oración y culto. La doctora Mead preconiza de esta manera el nacimiento de una fe planetaria común, cuyos cimientos se pueden construir en territorios internacionales (nuestro futuro global) y cuyos principios se determinarán por una real consideración para cada ser humano, cada tradición y cada comunidad viviente.

Cristianos en una era técnica.

Conflictos espirituales planteados por el problema del control de la natalidad.

Iglesia liberal en una comunidad urbana.

Sistema religioso que abarque la ciencia.

Celebración de festividades: una necesidad humana.