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Biblioteca Thomas Wood. Repositorio Institucional | 613.2:546.33 R93 2022 (Browse shelf) | Ej.:1 | Available | Autorizada por su autora. |
Autorizada por su autora.
Licenciado en nutrición.
Universidad del Centro Educativo Latinoamericano. Facultad de Química.
Según datos provistos por la Organización Panamericana de la Salud, las
enfermedades no transmisibles (ENT) representan la primera causa de muerte en el mundo y
las enfermedades cardiovasculares la principal causa de muerte por ENT. En la Región de las
Américas, las ENT producen más de 80% de todas las muertes, y las enfermedades
cardiovasculares son la principal causa de muerte en casi todos los países. Se calcula que
más de la mitad de las muertes por enfermedades cardiovasculares que ocurren en la región
pueden atribuirse a la hipertensión arterial (HTA) (PAHO, 2021).
En Argentina, entre los años 2015 y 2016, la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC)
y la Federación Argentina de Cardiología (FAC) realizaron el 2do Registro Nacional de
Hipertensión Arterial (RENATA-2), el cual concluyó que la prevalencia de HTA es del 36,3%
y que dicha prevalencia se incrementa con la edad en ambos sexos (Delucchi y col., 2017).
El incremento de la presión arterial con la edad, en mujeres, se asocia con la aparición
de la perimenopausia. Esta etapa comprende la transición entre el período reproductivo y no
reproductivo de la vida de la mujer. Dentro de este período, la menopausia, que suele ocurrir
entre los 48 y 50 años de edad, se considera una fecha que corresponde al último ciclo
menstrual, seguido de 12 meses de ausencia del período menstrual. Esta etapa está
caracterizada por una reducción en la producción de estrógenos y un aumento del nivel de
andrógenos circulantes, que generan cambios en los niveles de presión arterial (Rezende de
Assis y col., 2020).
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