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Biblioteca Thomas Wood. Repositorio Institucional | 664.68:621.798.6 A33 2025 (Browse shelf) | Ej.:1 | Available | Autorizada por sus autoras. |
Autorizada por sus autoras.
Licenciado en nutrición.
Universidad del Centro Educativo Latinoamericano. Facultad de Química.
La alimentación es una necesidad fisiológica fundamental que desempeña un rol esencial en la salud y el crecimiento. En las últimas décadas, los cambios en los hábitos alimentarios han contribuido al aumento alarmante del sobrepeso (SP), la obesidad (OB) y las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), como diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer (Rapallo y Rivera, 2019). En Argentina, el 67,9% de los adultos presentan SP y OB, según la Segunda Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS) (Ministerio de Salud y Desarrollo Social, 2019a), mientras que la cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) reportó una prevalencia similar (66,1%), evidenciando un desafío significativo para la salud pública (INDEC, 2019). Los cambios en los patrones de consumo, vinculados al ritmo de vida moderno caracterizado por dietas inadecuadas, sedentarismo, descanso insuficiente y falta de actividad física, han favorecido un ambiente obesogénico y el aumento del índice de masa corporal (IMC) en adultos. El exceso de grasa corporal incrementa el riesgo de enfermedades y es una de las principales causas de mortalidad en América Latina (OMS, 2024). Un factor clave en esta problemática es el creciente consumo de productos ultraprocesados (PU), los cuales aportan el 35% de la ingesta calórica diaria y el 43% del azúcar añadido en Argentina (Ministerio de Economía Argentina, 2022). Estos productos, de alta densidad energética, contienen grandes cantidades de grasas, azúcares y sal, además de aditivos alimentarios como conservantes, colorantes y aromatizantes, lo que los hace más sabrosos, adictivos favoreciendo su consumo y dificultando su reemplazo por opciones más saludables (Marti y col., 2021). Diversas fuentes, como los datos de ventas de alimentos, las encuestas de gastos de hogares y el análisis de la ENNyS 1 indican que productos como las galletitas, amasados de pastelería, gaseosas, golosinas, panes y pastas industriales son los principales contribuyentes a la ingesta calórica diaria (Zapata y col., 2023). En particular, las galletitas tienen una notable presencia en la dieta argentina, con una penetración del 97% en los hogares y un consumo promedio de tres tipos al mes (KANTAR, 2016). En 2023, Argentina alcanzó el consumo más alto de galletitas per cápita en América, con 12 kg anuales, superando a Estados Unidos, Brasil y México (IES, 2024). Su alto contenido calórico, su composición nutricional y su consumo excesivo contribuyen a la prevalencia de SP y OB (Calle Loja y Vanegas Izquierdo, 2023).
La alimentación es un factor clave en la salud, y los cambios en los hábitos de consumo han contribuido al aumento del sobrepeso (SP), la obesidad (OB) y las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT). En Argentina, el consumo de productos ultraprocesados (PU), como las galletitas, ha adquirido especial relevancia debido a su alto contenido de azúcares, grasas y sodio, representando una parte importante de la ingesta calórica diaria. Frente a esta problemática, se implementó el etiquetado nutricional frontal (ENF) a través de la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable (PAS) Nº 27.642, con el objetivo de informar a los consumidores y fomentar elecciones más saludables. Aunque diversos factores influyen en la decisión de compra, la evidencia sugiere que el ENF puede modificar la percepción del consumidor y reducir la intención de adquirir productos con sellos de advertencia. Además, factores sociodemográficos como la edad, género y nivel educativo, también influyen en la respuesta al etiquetado. No obstante, la falta de alternativas saludables accesibles y su elevado costo continúan siendo barreras significativas para mejorar la calidad de la alimentación. Este estudio tuvo como objetivo evaluar la influencia del etiquetado frontal de advertencia en el consumo y en la decisión de compra de galletitas en adultos de la ciudad de Rosario, Santa Fe, en diciembre de 2024. Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal, con un muestreo no probabilístico por bola de nieve, que incluyó 405 participantes. Los datos fueron recolectados mediante una encuesta autoadministrada en Google Forms y difundida a través de WhatsApp, Instagram y Facebook. Su procesamiento se llevó a cabo en Microsoft Excel. El cuestionario incluyó preguntas sobre variables sociodemográficas (edad, género, nivel educativo), consumo de galletitas (frecuencia y tipo), percepción de los sellos de advertencia, sello más influyente en la decisión de compra y posibles modificaciones en la decisión de compra. Para analizar la relación entre la percepción de los sellos y el nivel educativo, así como la modificación de la decisión de compra según edad y género, se aplicó la prueba de independencia de Chi-Cuadrado (p<0,05).
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