Tesina no autorizada por las autoras para publicar en RIUCEL.

Licenciado en nutrición.

Universidad del Centro Educativo Latinoamericano. Facultad de Química.

Actualmente en la Argentina, la prevalencia de sobrepeso y obesidad en
adolescentes está tomando proporciones inquietantes (Programa Nacional de
Alimentación Saludable y Prevención de Obesidad de la Secretaría de Gobierno de Salud,
2019). Según los datos aportados por la 2º Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS
2) realizada en el 2019, el 20,7% de los niños, niñas y adolescentes presentan sobrepeso;
y el 20,4% obesidad, sin diferencias significativas por región, sexo, nivel educativo,
cobertura de salud o nivel de ingresos (Ministerio de Salud y Desarrollo Social, 2019).
Estas cifras guardan relación con los entornos obesogénicos en el que los niños,
niñas y adolescentes crecen (Ministerio de Salud y Desarrollo, 2019). Las principales
características de este tipo de ambiente están relacionadas con un consumo excesivo de
alimentos procesados altos en kilocalorías, azúcares, grasas y sodio junto con un
comportamiento sedentario asociado a la disminución de los niveles de actividad física
(UNICEF, 2018).
Respecto a la adolescencia, es la etapa de transición de la infancia a la adultez,
que incluye cambios físicos, psicológicos y emocionales (Iglesias-Diz y Leis-Trabazo,
2006). Es un periodo crítico de crecimiento, en donde las necesidades de energía y
nutrientes están aumentadas (Villamarín y col., 2007).