Autorizada por sus autoras.

Licenciado en nutrición.

Universidad del Centro Educativo Latinoamericano. Facultad de Química.

El consumo excesivo de azúcares, grasas y sodio es un problema de salud pública que se asocia a las enfermedades crónicas no transmisibles que más afectan a la población: sobrepeso, obesidad, diabetes, hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, cerebrales y renales. De las cuales, la hipertensión, la hiperglucemia en ayunas y el sobrepeso u obesidad, son los tres factores de riesgo más asociados con la mortalidad en la región de las Américas y a su vez tienen una estrecha relación con la mala alimentación. La ingesta excesiva de los nutrientes denominados críticos (azúcares, grasas totales, grasas saturadas, grasas trans y sodio) es resultado, en gran medida, de la amplia disponibilidad, asequibilidad y promoción de productos alimentarios procesados y ultraprocesados (OPS 2020). En particular, las bebidas azucaradas han sido caracterizadas como uno de los mayores propulsores de la epidemia de obesidad (Vartanian y col., 2007). Existe gran cantidad de evidencia acerca de la asociación entre el consumo de bebidas azucaradas y la enfermedad cardiovascular, la diabetes, el síndrome metabólico y la muerte (MinSal, 2019). Por esta razón, la población ha comenzado a pensar que consumir bebidas light, sin calorías y sin azúcares, es mejor opción para la salud y no fomentan el aumento de peso (SEDCA, 2017). Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una nueva directriz sobre los edulcorantes no nutritivos (contenidos en las bebidas light), que expresa que su consumo a largo plazo en reemplazo de los azúcares libres no ayuda a controlar el peso corporal. Por esto, indica que las personas deben considerar otras formas de reducir la ingesta de azúcares libres, como consumir alimentos con azúcares naturales, como la fruta, o alimentos y bebidas no azucarados (OMS, 2023).

Los adultos de Argentina consumen en promedio 85 litros anuales de bebidas azucaradas, ubicando al país entre los mayores consumidores a nivel mundial. El exceso de su ingesta está relacionado con un aumento de peso, la desregulación de la glucosa y el desarrollo de enfermedades no transmisibles como la diabetes tipo 2. Esta ingesta elevada de bebidas azucaradas puede ser atribuida a la adicción que genera su consumo, sobre todo porque las personas nacen con preferencia natural por lo dulce. Para garantizar el derecho a la salud y una alimentación adecuada, en octubre de 2021 se sancionó en Argentina la Ley de Promoción de Alimentación Saludable Nº 27.642 (Ley PAS), conocida como Ley de Etiquetado Frontal. Esta ley proporciona información nutricional simple y comprensible en envases de alimentos y bebidas analcohólicas, advirtiendo sobre excesos de nutrientes críticos, calorías, edulcorantes no nutritivos y cafeína, con el objetivo de prevenir la malnutrición y reducir enfermedades crónicas no transmisibles. El presente estudio tuvo como objetivo evaluar el efecto de los sellos y leyendas del etiquetado frontal de la Ley PAS en la decisión de compra de gaseosas, aguas saborizadas y jugos por parte de adultos jóvenes según sexo que residen en Argentina, en el mes de diciembre de 2023. Se realizó una investigación de tipo descriptivo, transversal, observacional con una población y área de estudio conformada por adultos jóvenes que residen en Argentina con acceso a internet. El tipo de muestra fue no probabilístico por conveniencia y la misma estuvo conformada por todos aquellos que respondieron la encuesta electrónica de elaboración propia mediante Google Form que fue difundida por redes sociales (Instagram y WhatsApp) en el mes de diciembre de 2023, siendo esta de carácter anónimo y autoadministrada. La encuesta indagó sobre el sexo, la edad, el lugar de residencia y la compra en el último año de gaseosas, aguas saborizadas y jugos, así como también si al momento de ésta se vieron condicionados por el etiquetado frontal o no. Los datos
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obtenidos fueron tabulados en una planilla de recolección de datos en Microsoft Excel y se realizó un análisis de varianza (ANOVA) por medio del test de “Chi-Cuadrado”, con un nivel de significación de p < 0,10 para analizar las diferencias según sexo.