Autorizada por sus autoras.

Licenciado en nutrición.

Universidad del Centro Educativo Latinoamericano. Facultad de Química.

En Argentina, las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) son la principal causa de muerte de toda la población. En los últimos años hubo un crecimiento exponencial de sobrepeso y obesidad en todo el mundo. Estas enfermedades se relacionan con el consumo excesivo de nutrientes críticos como: azúcares, sodio, grasas totales y grasas saturadas (UNICEF, 2019a). Los productos ultraprocesados presentan una pobre calidad nutricional y han ido reemplazando a las comidas caseras más nutritivas de las dietas de las familias en América Latina y el Caribe. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) hizo hincapié sobre el preocupante avance de los productos ultraprocesados en la dieta y sus efectos en la salud (OPS, 2019a). Un equipo de investigadores llevó a cabo una revisión sistemática de diversos estudios y descubrió evidencias contundentes sobre los efectos negativos de los productos ultraprocesados. En algunos países de ingresos altos pueden constituir hasta el 58% de la ingesta energética diaria total y su consumo ha crecido de manera significativa en muchas naciones de ingresos bajos y medianos en las últimas décadas. Los resultados de la revisión indicaron que una mayor exposición a estos, está consistentemente vinculada a un aumento del riesgo de 32 problemas de salud. Un mayor consumo de estos productos está asociado con un incremento en el riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares, de ansiedad y trastornos mentales comunes, así como un incremento del 12% en el riesgo de diabetes tipo 2 (M-Lane y col., 2024). El rápido crecimiento en las ventas de los productos ultraprocesados en países de ingresos medios y bajos llevó a un aumento en los índices de sobrepeso, obesidad y malnutrición. La ingesta excesiva de estos nutrientes críticos se da como consecuencia de la amplia disponibilidad, accesibilidad y promoción de productos tanto procesados como ultraprocesados que contienen cantidades en exceso de azúcares, grasas y sodio (FAO, 2020; OPS, 2020a).

En la actualidad, las enfermedades crónicas no transmisibles son la principal causa de muerte de toda la población. En los últimos años hubo un crecimiento exponencial de sobrepeso y obesidad en todo el mundo. Estas enfermedades se relacionan con el consumo excesivo de nutrientes críticos como: azúcares, sodio, grasas totales y grasas saturadas. Para paliar esta situación, se aprobó la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable Nº 27.642, entre otros aspectos establece que deben llevar etiquetado frontal de advertencia tanto las bebidas como los productos comestibles procesados y ultraprocesados con excesos de nutrientes críticos. El objetivo de este trabajo fue comprender las percepciones en torno al etiquetado frontal dispuesto por Ley de Promoción de la Alimentación Saludable N° 27.642 de una población adulta de la ciudad de Funes en octubre del año 2024. Esta investigación se llevó a cabo desde una perspectiva cualitativa, se realizaron 18 entrevistas hasta alcanzar el punto de saturación. Se entrevistaron a 8 hombres y 10 mujeres, de entre 18 y 64 años. A partir de los resultados se observó que, si bien los adultos exhiben un nivel de conocimiento sobre los sellos de advertencia y la mayoría manifiesta comprenderlos, algunos declaran que la información proporcionada en los mismos, no es suficiente. Consideran que pueden ser muy útiles principalmente para ciertas personas con patologías y aquellas desinformadas sobre temas de salud y nutrición. Además mencionan que pudieron desenmascarar engaños y percepciones erróneas al ver ciertos productos con etiquetado frontal, pero, sin embargo, no se perciben cambios en las elecciones de compra de la mayoría de los participantes.